El Sr. Juez

El SR. JUEZ

 A la tercera embestida el toro no siguió el engaño(el capote) y le pego directamente en el pecho, por fortuna era corniancho,  así que no le clavo los cuernos, nada mas le dio con la frente y Rogelio salió rodando varios metros, la multitud grito de angustia y Don R y sus compañeros matadores se metieron rápido a sacarlo del ruedo porque quedo medio inconsciente,  se lo llevaron hasta las oficinas donde tenían sus ropas y con alcohol trataban de reanimarlo hasta que volvió en si poco a poco, en eso se escucho la corneta del juez indicando que se reanudaba la corrida,  ahí les hablan, dijo Marcial,   Rogelio bastante dolido y compungido dijo “hasta aquí mi amor los acompaño”, me rajo como los meros machos, ya me libre de una cogida fatal,  a ver quien sigue ahora,   se escucho por segunda ocasión la corneta del juez llamando a seguir con la corrida, ni Don R ni los demás dijeron esta boca es mía, todos estaban espantados,  en eso llego el promotor de la corrida a pedirles, exigirles, a ofrecerles más, para que salieran a continuar la corrida,    pero nada los convencía,   “ ya habían visto la cara de la Catrina (la muerte) en los cuernos del toro”,  se escucho el tercer llamado del juez y Marcial dijo se va a poner fea la cosa, pero de una cogida allá en el ruedo a una aquí afuera, prefiero aquí, en eso llego el juez y les dijo “Toreros” si no salen en este momento a cumplir con sus obligaciones, voy a ordenar que los detengan inmediatamente,     Don R le dijo, como quisiera estar en su lugar Sr. Juez  y Aníbal   le dijo,   cumpla con su deber, nosotros no vamos a salir,    salió el juez y a los pocos minutos llegaron policías que se llevaron a los “toreros” vestidos de luces a la cárcel municipal, mientras la multitud seguía gritando y chiflando esperando que la corrida continuara.

 Todo esto estaba pasando por la mente de Don R con suma claridad, como si lo estuviera viviendo otra vez,   cuando oyó la voz del trompetista que lo hizo volver al presente,  Don R ya empezamos?    Don R consulto su reloj  y comento faltan cinco minutos para las cuatro treinta  y acuérdate que aquí empezamos con una puntualidad religiosa como marcan los cánones taurinos,  a las cuatro treinta en punto haces sonar tu trompeta y que comience el paseíllo.

Estaban en el Lienzo Charro de Carral que no tenia mucho de construido y que también estaba habilitado para fungir como plaza de toros, era un domingo soleado, caluroso y sin viento, así que las condiciones estaban ideales para que la corrida fuera un éxito,   Decía Don Celso “ya namas faltan los toros y por supuesto los toreros”; La plaza estaba llena en su totalidad pues el cartel era de lujo, los toros de la ganadería “Tierra negra” de Tihuahua, famosa por producir bureles de bravura y trapío y por el otro lado los matadores Mariano Ramos “El Charro”, Manuel Benitez “el Cordobés” y Santiago Leal “el Santo”, reconocidos matadores mexicanos y españoles y por supuesto la autoridad de la corrida,   el Juez de plaza, Don R. 

Como la vida va avanzando y desenvolviéndose, de estar en el ruedo, al alcance de los cuernos,  estar a un paso entre la vida y la muerte, a estar cincuenta metros mas arriba contemplando y evaluando la faena de otros, decía Don Celestino “ pa estar arriba, hay que haber estado abajo”, reflexionaba Don R sobre esto cuando oyó la trompeta de su asistente que anunciaba el inicio de la corrida, se puso de pie, con la mano izquierda se quito el puro de la boca y con la derecha se quito el sombrero y saludo con el al “alguacilillo” para que presidiría el desfile de los matadores y sus cuadrillas,  al unisonó se empezó a oír a la banda tocando el pasodoble ”sangre y arena” llenándose el aire de aplausos, gritos, exclamaciones y notas musicales;   se abrieron las puertas del redondel y avanzo el alguacilillo seguido de  los “matadores” y sus cuadrillas  con lentitud y cadencia  hasta el final del otro extremo del mismo,  al llegar se quitaron la montera(sombrero) y con ella saludaron al Sr. Juez presentando sus respetos, quien correspondió a su saludo también quitándose el sombrero, volaban claveles, ramos y piropos para los matadores de parte de las jovencitas y de las no tan jovencitas también, decía Don Antúnez “ aviéntenme aunque sea una mirada de reojo”,   los subalternos y  banderilleros  procedieron a meterse a los burladeros,  los picadores y mososabios a desalojar el ruedo, mientras los matadores extendían sus capotes,  daban algunos pases al aire para aflojar el cuerpo,  “sentir el ruedo” y continuar la auto exhibición para beneplácito de las féminas presentes que entre exclamaciones discretas algo se cuchichiaban entre si acerca de los matadores, decía Don Nacho “solo el confesionario lo sabrá”

 Don R volteo con el de la trompeta y le dijo vámonos con el primero, sonó la trompeta,  los matadores salieron del ruedo y un mosabio abrió la puerta chica del redondel y otro abrió la puerta de toriles para que pudiera  ingresar a la arena el primero de la tarde;   Don R pensaba que envidia no estar allá abajo con  toda su carga de emoción y adrenalina, pero a la vez que alivio,  “esa agua ya paso por debajo del puente, aunque a veces todavía nos salpica”;     Arriba de la puerta de toriles estaba un letrero que decía “Tormenta” 475 kilos, “ el Cordobés  con su fama de arriesgado a cuestas,  corrió a hincarse a escasos metros de la misma y alisto su capote, el publico total lanzo una exclamación porque esto era muy arriesgado, muy pocas veces visto, decía Don Isidro “ en mi rancho no hay de esos”,  recibiría al toro a “porta gayola”(hincado, el capote con una mano encima de el, al salir el toro lo mueve hacia el lado contrario de donde lo tenia para que el toro siga dicho capote), el mas mínimo error del torero o si el toro salía deslumbrado y no seguía el capote, adiós matador,    se hizo un silencio mortal con mil exclamaciones contenidas,  en un instante salió  “Tormenta” como rayo , la reacción del “Cordobés fue exacta, movió rápidamente su capote y  el toro siguió el engaño ,    el “Cordobés” se paro al instante listo por si el toro se regresa con rapidez, el graderío se caía de aplausos y gritos, Don R, sereno, como Sr. juez, pensaba “ de Estos”, refiriéndose a los estos, no van a faltar en esta corrida, se va a poner buena;  “Tormenta “ con la divisa de su ganadería verde y azul ondeando en su lomo arranco otra vez a embestir al torero, que lo esperaba sereno, con sus pies juntos, sin moverse;  embistió el toro a toda velocidad, el “Cordobés simplemente movió su capote conforme pasaba el toro y continuaba de largo hasta que se paro al otro extremo del redondel;  el publico seguía aplaudiendo cuando el “Cordobés” se quito la montera e inclinándola  solicito permiso al Sr Juez para  pasar al siguiente tercio(la siguiente etapa),  Don R se medio quito el sombrero en señal de aprobación y con la mano le indico al de la trompeta que la hiciera sonar, al oírse la trompeta, los picadores(hombres a caballo con un vara larga que tenia una puya de acero en la punta) se aprestaron a entrar al ruedo mientras algunos subalternos(ayudantes del Cordobés) distraían a “Tormenta “ para que los picadores(dos) tomaran la posición mas adecuada  lo mas cerca del redondel para que el toro los embistiera siempre por el lado donde estaba el caballo acolchonado y protegido, sino, adiós caballo porque los cuernos de “Tormenta” no tenían el mas mínimo respeto,    decía Don Tarsicio “al que se descuida me lo chingo”;    una vez acomodados los picadores, un subalterno empezó a capotear  a “Tormenta” para irlo acercando al caballo hasta que quedo quieto a pocos metros del picador, como midiendo a su enemigo, el picador movió un paso al caballo  lo que basto para que “Tormenta se lanzara a embestir al caballo, decía Don Anastasio “ bravura manda”,  el caballo resintió el impacto de los 500 kilos del toro que lo aventó hacia atrás pero sin caerse y en ese mismo instante el picador clavo con fuerza la vara en el morrillo del toro (parte alta del lomo) lo que hizo que sintiera dolor y a la vez volviera a embestir con mas fuerza para tratar de quitarse dicho castigo;  así  siguieron esta pelea por unos segundos, hombre, caballo y toro, hasta que el publico, que nunca ha querido a los picadores, empezó a rechiflar para que se terminara este tercio, el “Cordobés” que había visto la casta de “Tormenta”, rápidamente se quito la montera pidiéndole al Sr. Juez, cambio de tercio, para que no fueran a lastimar o  inutilizar su toro o quitarle bravura; Don R accedió, sonó la trompeta y los picadores procedieron a salir del redondel cuidando siempre a “Tormenta” para que no los fuera  a sorprender.

“el Cordobés” salió a un tercio del redondel con un par de banderillas en la mano izquierda mientras que con la otra mano se quito la montera, saludo al juez y aventó la montera al ruedo,  se dirigió al burladero  tomo las banderillas  y las golpeo contra el mismo para quebrarlas  y dejarlas a un tercio de su tamaño original, el publico empezó a aplaudir, exclamar y a lanzar todo tipo de gritos porque la suerte que seguía implicaba otra vez riesgo total y sin capote de por medio; la banda se silencio y el publico también, Don R pensó   que puntadas se avienta el  españolito este; el “Cordobés” se devolvió al primer tercio del redondel alzo las mini banderillas hacia el publico y empezó a girar lentamente ofreciendo el brindis a todos, con lo que  se acabo de ganar su simpatía, todo lo hizo mirando siempre de reojo a “Tormenta” decía Don Efrén “los toros no tienen palabra”,   ya concentrado en la suerte de las banderillas, se paro fijamente y  emitió unos gritos bajos para llamar la atención de “Tormenta,” quien capto los gritos,  se removió en su lugar y agito  las pesuñas delanteras en señal de enojo y bravura,  “el Cordobés” empezó a moverse hacia los burladeros muy despacio en forma zigzagueante emitiendo gritos bajos hasta que quedo de espaldas a los mismos y ahí empezó a mover los brazos alzados provocando que “Tormenta” arrancara su embestida con mucha velocidad, el publico mudo, en un segundo el toro tenia en la mira y al alcance de su cornamenta al torero, quien dio rápido un paso hacia adelante y en el mismo instante dio el pase hacia atrás, haciendo que el toro tirara la cornada hacia la posición adelantada del torero;   el  torero libro  la embestida y tubo la oportunidad de clavar el par de mini banderillas en todo lo alto del lomo del toro;  el toro siguió su trayectoria y se paro al otro extremo del ruedo, el publico parado aullaba de emoción, gritando “matador, matador”, el cual agradeció la ovación con los brazos en alto y se metió a la zona de los burladeros mientras sus subalternos procedían a poner un par de banderillas cada uno a “Tormenta”;   una vez concluido esto  “ el Cordobés salió al primer tercio del redondel con su muleta enrollada bajo  su brazo(la muleta es el capote que se usa en el ultimo tercio de la corrida) volteo hacia el juez, se quito la montera solicitando permiso para iniciar la parte final de esta faena,  Don R correspondió de igual manera dando su autorización para que siguiera adelante.

Empezaron pases de todos colores y sabores, derechazos, molinetes, naturales,  trincherazos y para terminar pase de pecho, “Tormenta con su bravura y casta y “el Cordobés” con arrojo y valentía metiéndose de mas en los terrenos del toro, decía Don Rigoberto “un matador muy embraguetado”,   de fondo en el aire se escuchaba la banda tocando el  famoso pasa doble “ España Cañi” que animaba mas al publico y realzaba la labor del matador; hubo un momento en que toro y torero se pararon un instante a tomar aliento quedando a escasos centímetros uno del otro, sin moverse con la respiración agitada, el” Cordobés” con la capa en su mano derecha atrás de su cuerpo, empezó a mover lentamente su mano izquierda hasta tocar la frente de “Tormenta”,  le hizo unas caricias muy leves, retiro su mano igual de lento y volteo a ver al publico que estallo en una inmensa ovación orgásmica, camino lentamente hacia los burladeros, tomo un poco de agua para refrescarse y pidió a su ayudante el estoque de muerte para concluir la faena, lo acomodo en su muleta, voltio hacia el graderío recibiendo mas gritos y fue al encuentro final con “Tormenta”.

Se hinco, abrió los brazos, con la muleta en su mano derecha cito al toro que embistió siguiendo el engaño, “Tormenta” rápidamente paso y   se giro en si mismo  buscando a su enemigo, el “Cordobés” también rápidamente  se giro continuando arrodillado y extendiendo su muleta para dar otro pase a “Tormenta”, después se paro, acomodo su muleta y  sin mirar a su enemigo, mirando al graderío hacia arriba,  cito al  toro que rápidamente embistió y sin quitar su mirada de lo alto le dio otro pase para que el publico enloqueciera; en este punto de éxtasis decidió que era hora de matar, la banda callo y el publico también, “el Cordobés” tenia a “Tormenta” enfrente y cerca, saco el estoque de la muleta y se alineo para tirarse a matar, el toro tenia sus patas delanteras juntas lo que era ideal para que el acero penetrara mas  fácil,  acabo de subir el estoque en dirección a “Tormenta” , respiro lentamente un segundo y se tiro a matar, “Tormenta” también embistió bajando su cabeza y tirando la cornada, cosa que ayudo para que “el Cordobés” clavara el estoque en la parte alta del lomo del toro pasando su cuerpo a milímetros de los cuernos rompiéndole  la chaquetilla; la estocada estuvo levemente caída pero de cualquier manera era de muerte, “Tormenta” lo sintió y se pego a las tablas del redondel,  el “ Cordobés” al ver que no caería muy rápidamente hizo una señal a sus subalternos para que entraran con sus capotes a mover al toro hacia un lado y otro para acelerar el proceso de muerte; en dos minutos Tormenta “ se rindió hincándose, “el Cordobés se acerco, le acaricio la frente, se dio media vuelta, enrollo su muleta debajo del brazo y camino al centro del ruedo mientras uno de sus subalternos le daba la puntilla final a ”Tormenta”.

Ya en el centro del ruedo se fue girando lentamente sobre si mismo recibiendo una prolongada ovación de todo el publico que estaba de pie, mientras entraba al redondel la cuadrilla de arrastre para sacar al toro,   se encamino a los burladeros para salir del redondel,  en eso se escucho la trompeta anunciando  que el Sr, Juez había otorgado con un pañuelo azul que le dieran una vuelta completa a todo el redondel  al  toro en señal de respeto por su bravura y casta;    mientras el matador se refrescaba y se limpiaba sangre y arena,   el publico empezó a sacar tres pañuelos(pidiendo dos orejas y rabo) volteando a donde estaba el Sr. Juez para ver que otorgaría,   Don R pensó todo estuvo excelente, donde falto lo mínimo fue a la hora de matar para que fuera una faena perfecta, creo que se merece las dos orejas;     el matador ya refrescado y con su montera puesta salió al redondel y se paro viendo al juez para recibir su decisión,  el Sr. Juez saco un pañuelo en cada mano concediendo las dos orejas, los monosabios rápidamente le cortaron las orejas al toro y se las entregaron al matador, quien se quito la montera saludando y agradeciendo al juez, se dirigió cerca del redondel y empezó a dar la vuelta a toda la plaza recibiendo ovaciones, ramos de claveles, botas de vino que en señal de agrado probaba con lentitud para mayor deleite del publico, piropos, chaquetas y hasta prendas femeninas, al final de dar la vuelta pidió que saliera al ruedo el dueño de la ganadería para que también recibiera la ovación del publico por la calidad que había mostrado “ Tormenta”.

Salieron los “areneros” al ruedo a revisarlo, checarlo y emparejarlo porque la fiesta continuaba, apenas era el primero de la tarde, faltaban cinco mas;  mientras el publico de pie comentaba los detalles  y lances increíbles que  habían visto, saludaban a los conocidos que tenían alrededor y se empinaban una que otra cerveza o bota de vino;   entre el publico estaba “Doña Ch” con sus hijos, con su serena belleza y discreta elegancia, que no muy frecuentemente acompañaba a Don R a este tipo de fiestas,  una mujer que estaba cerca de ella, mirándola  de repente exclamo,” miren , miren,  su prendedor camina”, todo el mundo volteo a verlo, Doña Ch tenia en la solapa de su saco un “maquech,(tipo de escarabajo) “ la mujer se acerco y “Doña Ch”  le explico “ es un “maquech” que tiene incrustadas piedras preciosas, me lo trajo un hijo de Yucatán, empezó a explicarle mas cuando se oyó la trompeta anunciando el segundo de la tarde.

 

CONTINUARA …………..