Año Nuevo

Extracto del Libro de Don R

El salón del casino estaba a su máximo esa noche para celebrar la llegada del año nuevo, que era una tradición grande en Carral, la orquesta, una de las mejores del país y del momento, ya había empezado a tocar sus primeras melodías y la pista lucía llena pues la gente de Carral tenía fama de alegre, animada y bailadora.

Don R estaba presente con sus hijas, algunas casadas y también con sus hijos en edad de merecer, como diría Don Secundino; todos andaban de pipa, guante,  la cola tirante y debidamente perjumados también.

A pesar de lo alto de la música, en el fondo se oían del exterior balazos de gente que anticipadamente celebraba la llegada del año nuevo, como diría Don Epigmenio, “sacaban el fierro y le daban gusto al dedo”, Carral a pesar de ser Ciudad, tenía toda la influencia de la serranía cercana y su agreste naturaleza.

Dona Ch como siempre,  lucía una elegancia fina y sencilla que resaltaba más su personalidad, y una sonrisa de satisfacción pues como mama cuervo presumía de sus granitos de oro, ante sus comadres , amigas y conocidas.

Era una noche donde las familias conocidas de la ciudad y las no tan conocidas bebían, bailaban y se deseaban parabienes para ese año nuevo entrante prácticamente hasta que amanecía Dios y finalizaban la función comiendo el tradicional menudo colorado que les aplacara un poco o un mucho los efectos de la ingesta alcohólica.

 

Don R llego esa tarde de Corestes Pereyra para estar con su familia en esa fecha y venia muy trasijado pues esa semana última del año en la tienda se hacia el tradicional inventario que se requería para fines contables y cerrar un año más en términos del negocio,

L a tienda era uno de los negocios principales que había desarrollado Don R, manejaba diferentes líneas de productos, desde comestibles no perecederos, ropa, zapatos, telas, refrescos, cerveza , utensilios para la labranza , semillas, monturas para caballo y sus aditamentos para rancheros, artículos de ferretería y una que otra refacción para los contados vehículos que había en Corestes.

La tienda era el negocio de Don R, de la familia, del pueblo y de la región, era el epicentro que daba vida a todos estos diferentes grupos sociales

Don R alcanzo a percibir el sonido distante de los balazos y se acordó de un año nuevo antes de casarse que lo paso en Corestes, como muchos otros años, y donde hubo bebida, baile, polvareda del baile, disparos al aire, y disparos a uno que otro cristiano cercano a el, pero el escudo protector de oracionesde mama Lala lo mantuvo sano y salvo y por supuesto con humor para seguir con la celebración; eso de los muertitos era cosa de todos los días.

Reflexionaba Don R, Que tiempos aquellos, que bueno que mi familia, gracias a la clarividencia de Doña Ch, ahora vive aquí en Carral, y no esta tan expuesta directamente a ese ambiente campirano, pero que bueno que lo conocieron y lo conocen tambíén para que nunca se les olvide y forme parte de sus vidas y la de sus hijos, algún día les ha de servir.

Termino de reflexionar sobre el tema, se echo un trago de whisky old par,  volvio la vista a Doña Ch quién lo miraba como invitandolo a bailar y ser parte de ese festejo, y dijo para sí, porque no, Doña Ch merece este baile y muchos más, se levanto, fue a sacarle la silla a Doña Ch, que con una alegría serena, disimulada y sin palabras acepto tácitamente la invitación.

ontinuará......