Ah, la mentada revolucion

Tiempos difíciles, tiempos de inseguridad, tiempos de sobrevivencia, tiempos de revolución;  esta ya tenia algunos años que se había iniciado, desde 1910 y todavía no había trazos claros cuando se terminaría, o cuando se pondrían de acuerdo los políticos y los no políticos para darle fin a esta situación y poder vivir/trabajar en paz,  decía Doña Tilana  “ larga se me ha hecho la cuaresma”.

En el estado de Tihuahua, había actividad por todos los frentes,  por Tuarez, por Tasas Grandes, por Tihuahua, por Carral, por Timenez,  en fin, había muchos frentes abiertos.

El Sr.Tominguez, avecindado en Timenez, Tihuahua,   tenia tiempo con su comercio y no le iba mal, tenia  casa y algunas tierras cerca de la sierra, también tenia tres hijas ya casaderas,  “ de muy buen ver y mejor tocar” decía  Don Alcibiades,  que eran su adoración,  famosas en la región por su belleza y que aparte eran simpáticas y sociables; no obstante estos tiempos de rompe y rasga, se daban sus tiempos para convivir y departir con sus amigas y amigos, “ la vida siempre sigue”  decía Don Salustio, organizaban reunioncitas en su casa donde había hasta un piano que una de ellas tocaba y las/los demás cantaban, afuera había muerte y desolación, pero ahí se hacia un oasis momentáneo de alegría y esperanza.

El General Tilla  y sus hombres ya medio mermados, 1918,  andaban por la sierra del Diablo, cerca de Timenez, escondiéndose de los Carrancistas ; Venustiano carranza lo había declarado fuera de la ley y también se andaba escondiendo de una expedición de soldados Norteamericanos, por haber matado varios gringos de la Cusing Minig Company en Santa Isabel, y por haber atacado el poblado de Tolumbus, Nuevo México, así que andaban a salto de mata, “paqui y palla” por las regiones serranas, pero de vez en cuando daban sus bajadas a diferentes poblaciones para reabastecerse de alimentos,  bebida y mujeres, porque al General y sus hombres no les podían faltar enaguas(mujeres ), decía don Lisandro, “uno no aguanta la soledad y menos solo” y en esta ocasión llegaron a Timenez ya pardeando la tarde y se dirigieron a una cantina pa echarse varios alipuses(tragos) de sotol(bebida destilada del maguey que se produce en el estadode Tihuahua).

Ya entrados en tragos, lo siguiente era inevitable, las enaguas, y las que andaban por ahí no les llenaron el ojo y no falto alguien de su gente que vivían ahí en Timenez que les mencionaran a las hijas de el Sr. Tominguez , varios se retorcieron los bigotes, incluyendo al General, quien dijo, “pos vamos a darles una visitadita”.

En casa del Sr. Tominguez en esa noche por coincidencia había “reunioncita”  de jóvenes, quienes platicaban y cantaban alegremente y coincidentemente ahí andaba también Don R  ;  un velador que estaba afuera de la casa vio a varios de “acaballo” que se acercaban armados y  con carrilleras que les cruzaban el pecho, y se metió corriendo  a avisarle al Sr. Tominguez que la gente del General Tilla estaba por llegar;  los de los círculos cercanos al General Tilla se distinguían por traer esas carrilleras o cananas cruzadas en el pecho, que era donde guardaban todo su parque(balas de color dorado);        el Sr Tominguez inmediatamente supo de que se trataba,  no en balde tenían fama  el General Tilla y sus gentes;    rápidamente saco a sus hijas y amigas de la reunión y el velador  se las llevo a una casa contigua abandonada  a que se escondieran , mientras la reunión continuaba.   No tardaron minutos cuando se oyeron toquidos  fuertes en el portón principal, el velador abrió la puerta y dijo “ que se les ofrece a sus mercedes ¿   pues aquí mi General Tilla quiere echar una platicadita con el Sr. Tominguez,    pasen aquí al zaguán mientras le aviso,  y el velador fue apresurado  darle  aviso a su patrón.     El Sr. Tominguez recibió el recado y pensó,  el General Tilla aquí en mi casa, malo el cuento, muy malo,    se persigno y salió a ver a sus visitantes. 

Adentro en la reunión, las risas cesaron y todos se pusieron muy tensos, un muchacho dijo vámonos y Don R dijo ,  ya es muy tarde para salir, vamos a ver de a como  nos toca; en eso se abrió la puerta y entraron  al salón el General Tilla, sus lugartenientes y el Sr. Tominguez,      buenas noches muchachos,  sigan la fiesta , sigan la música, dijo el General Tilla, la música del piano se oía hasta varias cuadras de aquí, quien lo toca,    nadie supo que contestar ya que las  únicas que lo tocaban eran las hijas del Sr. Tominguez,    un muchacho para salir del paso, dijo,   lo toca  Ramón,  y un lugarteniente le dijo,   “a ver Ramoncito  suenele  a esa cosa”    Ramoncito se vio forzado a pasar, se sento al piano y medio toco “los changitos”   a que gracioso muchachito,   tóquele de adeveras  como hace un rato, dejese de chingaderas,  o no era usted  ¿   aquí huele a hembra, huele a perfumito de amor,  se me hace raro una reunión de puros muchachitos,    el General Tilla le dijo a Jacinto, otro lugarteniente,   saca a Ramoncito a platicar afuera, a la mejor te cuenta cosas interesantes,    salieron y al ratito se empezaron a oir gritos lastimeros de Ramoncito,    entro Jacinto a la reunión y dijo    “Mi general , con la novedad que aquí había hembritas, ellas son las que tocan el piano”,     Sr. Tominguez, no sea egoísta, queremos oir el pianos sonar, dijo el general Tilla, no vamos a tocar a sus hijitas,     se asustaron y  se fueron no se a donde, si quiere saco unas botellas de cognac fino para usted y sus hombres, pero por favor olvidese de mis hijas, ahí en el Casa Blanca  hay muchachas muy bonitas y cariñosas, yo se las invito, dijo el Sr. Tominguez,     “ ah que Sr . Tomingez”, no nos entendemos, queremos que se  oiga la pianola y usted nos quiere dar gata por hembra fina,     son mis hijas General, es lo único que tengo, llévese mi dinero si quiere, pero déjenos en paz, nosotros siempre hemos apoyado su causa,      a ver Jacinto, que era el lugarteniente  experto en confesiones,  dijo el General Tilla,   necesitamos que el Sr. Tominguez nos diga lo que queremos,     a sus ordenes general, salió del  salón y regreso del patio cargando un balde(tina) de lamina grande,  un ayudante traía un tanque pequeño de 40 litros de petróleo,  puso el balde en el centro del salón y lo lleno de petróleo, todos en el salón estaban mudos, Don R ni pestañaba,    Jacinto agarro a un muchacho,  lo iba a meter  al tina, pero el General  Tilla le dijo,  no pierdas tiempo,  entonces  Jacinto agarro al Sr. Tominguez y lo sentó en la tina.

El aire en el salón estaba denso,  cargado de olores a petróleo, a temor  y  miedo, casi se podía cortar con un cuchillo, decía Don Juve “ el miedo no anda en burro”    Jacinto saco unos cerillos, tomo uno en la mano como para encenderlo y le comento al Sr. Tominguez     mire mi señor, hace unas semanas atacamos un tren con federales y al final ni se rendían, ni querían salir del  carro de ferrocarril  donde estaban, así que tuvimos que darle una “prendidita” ,  al final no salieron, así que hubo chicharrón con pelos, pero olía muy diferente a la carne asada de becerro,  yo que soy macho calado, como que quería  vomitar por ese olor, así que mejor nos dice lo que queremos o que el Eterno se apiade de su alma, porque de su cuerpo no va a quedar mucho,     mi General l tenga piedad,  decía el Sr. Tominguez     somos gente de bien, no le hacemos daño a nadie, déjenos seguir nuestra vida en paz,      Jacinto, creo que estamos perdiendo el tiempo, digo el General Tilla,  Jacinto prendió el cerillo y se acerco al balde de petróleo,  el Sr. Tominguez  temblaba , sollozaba e imploraba,   ya cuando Jacinto estaba a punto de prender el balde,  al Sr. Tominguez lo venció el terror y grito  “esta bien, esta bien, están en la casona abandonada de al lado”   el General Tilla movió la cabeza y otro lugarteniente  y varios hombres salieron  a buscar a las muchachas,  al rato se empezaron a oir gritos y llantos y entraron al salón los hombres del general Tilla arrastrando a las muchachas,    el General las vio y dijo con cinismo,  lo felicito Sr. Tominguez, sus hijas están muy guapas, pero ya perdimos mucho tiempo y mucha gente sabe que andamos por aquí, así que jálenle pa la sierra muchachos con todo y cargamento de viejas,  cuidado y le pongan la mano encima  a la guerita , esa me toca nada mas a mi, nos vemos  Sr. Tominguez, le agradecemos su hospitalidad y no se preocupe por sus hijas, las vamos a tratar tan bien que ya no van a querer regresarse, peligro y se hagan adelitas,  y con carcajada fuerte se retiro comentándole a Jacinto,    danos cinco minutos y nos sigues, si se para el viejo, le das calor.

Jacinto abandono el salón y nadie se atrevía  moverse, el Sr. Tominguez sollozaba sin parar lamentando el secuestro de sus hijas, sintiéndose el hombre mas cobarde del mundo, sabiendo que a la mejor ya no las volvería a ver nunca más,  Don R  sacudido por todo este evento pensó, “ pinche susto a todo meter” esto es la revolución con toda su brutalidad y crudeza , espero que pronto se acabe y que a mis hermanas no les pase esto, por esta vez ya la libramos.

 

comtinuara