No, no, te puedes ir cuando quieras

NO, NO, TE PUEDES IR CUANDO QUIERAS              

Mira R, decía Doña CH, yo creo que ya es tiempo que cierres el negocio, tú has visto y comentado que no anda bien y que se está perdiendo dinero,  los terrenos madereros están invadidos hace rato y ya no se van a recuperar,  tu salud está deteriorada,  necesitas cuidarte y atenderte, además afuera, como tú dices, andas varios coyotes viendo a quien secuestran, así que para que le buscas; ya hiciste patrimonio para estar viviendo en paz, si le sigues, al rato lo vas a perder y luego que vamos hacer, irnos al asilo de San Vicente ¿, claro que ahí nos van a recibir con mucho gusto mis amigas las monjitas, pero no es el caso; ya no tenemos el pendiente de los hijos y su educación, ya todos están recibidos y casi todos casados, tenemos muchos nietos que disfrutar y lugares para visitarlos, así que que te lo impide; decídete de una vez, ya lograste muchas cosas y libraste muchas más, hazlo por ti, por mí, por tus hijos y nietos.

Libraste a Pancho Villa y la revolución, libraste que no te colgaran los Cristeros, te dieron dos que tres aporreadas por andar de enamorado pero no te mataron, no pescaste ningún vicio como tu padre o algunos de tus hermanos, del surco te levantaste hasta ser un Don, le diste vida a Corestes Pereira que era un ranchito perdido, vendiste mercurio a los gringos en la época de la segunda guerra mundial, te querían de Gobernador o de diputado y te diste el lujo de negarlo, te levantaste de varias grandes inundaciones, te metiste a la profundidad de la alta sierra a sacar madera y la vendiste por toda la república, deportes haz practicado tu vida y empujaste a tus hijos a lo mismo, de charro en tu caballo alazán otro rato; haz de ser gato por lo de las siete vidas, pero yo he estado contigo todo el tiempo y todos mis santos  y santas también, he sido incansable con mi fe y mis oraciones para que saliéramos bien librados, y vaya que hemos sido muy afortunados,  pero un día me van a cobrar todas las peticiones que les he hecho, a veces levanto la cara al cielo y siento que los santos se esconden detrás de las nubes porque los tengo abrumados, pero el que pide “será escuchado” y así ha sido, pero hazme caso,  hazlo ahorita que puedes antes que una enfermedad te postre en la cama, tus hijos te pueden ayudar, para eso los mandaste a estudiar; no se cuántos años nos queden de vida, pero creo que merecemos vivirlos en paz, ya sin sobresaltos o sin angustias;  si me estas escuchando o estoy hablando sola ¿ ¡ya no te pongas en el tocadero!,  decía  Don Heraclio “ el que anda en el tocadero, pues le toca”.

Si te estoy escuchando dijo Don R, pero el negocio tiene que seguir, que hare yo después ¿

 CONTINUARA